Cada una de nosotras encarnábamos a una de ellas. Conocer esas historias, asumiendo sus vidas en las nuestras, nos colocaba en otro lugar.
Silencio. Solemnidad. Rechazo y necesidad de cambio. Absolutamente estremecedor y con un nudo en el pecho que a ratos se rompía con llantos quebrados.
Por todas ellas, por las que estamos, por las que vienen detrás!
NI UNA MENOS, NI UNA MÁS!!!